1.11.11

Recordando las vacaciones

Ya es noviembre y cuando veo las fotos de las vacaciones me parece increíble lo rápido que pasa el tiempo. Esto no es una novedad ya que todos los años la sensación se repite, especialmente en otoño y en primavera cuando la naturaleza y el entorno nos dicen que algo distinto está comenzando. 

Miro las fotos y me acuerdo de:

los paseos en góndola en Portugal,


los paisajes donde se pierde la vista en Madrid,


el azul de una flor en el patio de casa,



unas insólitas hortensias vintage al otro lado del patio,


las siestas perezosas sin preocupaciones,



los paseos a la orilla del mar en Lugo,



relajarse viendo subir la marea y dejar que la mente encuentre su ritmo



viendo atardecer en Orense,



sentir la arena fina y caliente entre los pies en Portugal,



hacer planes lúdicos para el día siguiente,



hacer snorkel por primera vez,


Yo creo que parte del secreto de las vacaciones es que recuperamos las sensaciones. 
Las personas que vivimos en las grandes ciudades habitualmente utilizamos los sentidos en segundo plano, en "modo supervivencia", siempre poniendo atención a otra cosa: la tele, la música; el frío o el calor, que cambiamos con la calefacción o con el aire acondicionado; la lluvia, que evitamos con el paraguas, ...vivimos un poco desconectad@s de nuestro cuerpo físico. A veces la conexión también se rompe por falta de tiempo para experimentar suficientemente las sensaciones que tenemos a mano. 

Nunca había hecho snorkel y este verano fue la primera vez. La primera impresión fue desconcertante pero después se convirtió en una de las actividades preferidas (yo diría que LA actividad preferida); aún sigo recordando esas tardes como un sueño. 

Creo que es necesario imprescindible hacer cosas por primera vez, agradables, se entiende, y sanas, a ser posible. De ese modo se mantiene viva la ilusión y la capacidad de sorpresa, nos hace flexibles y tolerantes. 
Los niños están en permanente contacto con sus sensaciones porque están descubriendo el mundo y éste es infinito a esas edades, una caja de sorpresas permanente, indomable, todo un reto, un lugar donde queda mucho por conquistar, por mejorar, por compartir, por disfrutar.
Me gusta mantener viva la niña que hay en mí.


Remembering holidays

It's November and when I see holiday's photos I find amazing how quickly time passesThis is not something new because every year the feeling persists, especially in autumn and spring when nature and environment tell us that something else is starting.I look at the photos and I remember:
gondola's rides in Portugal,



landscapes where the eye can see far away in Madrid,



a blue flower in the backyard,



some unusual vintage hydrangea across the courtyard,


lazy naps carefree,



 walks by the seashore in Lugo,



 relaxing watching the tide and let the mind find its rythm itself,


watching sunset in Orense,

 

feeling the warm sand between your feet in Portugal,

 

making recreational plans for the next day,

 

snorkeling for the first time.

 

I think part of the secret of the holidays is to regain sensations.People who live in big cities usually use the senses in the background, in "survival mode", always paying attention to something else: TV, music, cold or heat, that we change with the heating or air conditioning; rain, we avoid it with the umbrella; we live a little off our physical body. Sometimes the connection is also broken by lack of enough time to experience the feelings we have at hand.I had never done snorkeling before and this summer was the first time. First impressions were disconcerting but later became one of the favorite activities (I'd say THE preferred activity); yet I still remember those evenings like a dream.I think is needed essential for us  to do things for the first time, nice, I mean, and healthy, if it's  possible. This will keep alive the illusion and the ability to surprise in ourselves, making us flexible and tolerant.

Children are in constant touch with their feelings because they are discovering the world and it is infinite 
at their age, permanent filled of surprises, indomitable, a challenge, a place where there is much to conquer, to improve, to share, to enjoy .
I like to keep the child alive in me.



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