Los sábados tienen un encanto especial.
Me gusta saborearlos tranquilamente aunque tenga que madrugar un poco:
Esperar el autobús para ir al centro de la ciudad.
Hacer un alto para desayunar entre falsas pieles (bien por las falsas pieles),
arrimada al calor de un quemador porque todavía es invierno,
en una terraza al aire libre.
Es agradable ver la ciudad vestida de frío bajo el sol de la mañana,
ir de compras para materializar nuevas ideas,
y disfrutar de las calles y del ambiente distendido de los sábados sin mayores pretensiones.
Te envidio, no sabes la de veces que he dicho "Hoy me levanto pronto, voy al centro y me paseo un buen rato por la zona del Nuncio, antes de ir de compras".
ResponderEliminarY cuántas veces lo he hecho??
Bueno, piensa en cuántas veces te quedan por hacer...siempre estás a tiempo :P
ResponderEliminarYo no lo hago muy a menudo pero de vez en cuando hasta sienta bien ;))))
que bonitas las fotos, me está dando un antojazo de chocolate con churros..... me gusta mucho la edicion
ResponderEliminarGracias, preciosa!! Yo creo que si te gusta el chocolate con churros...siempre entra antojo... ;)
Eliminarestas fotos muestran mucho más que el encanto de los sábados!
ResponderEliminarfelicidades!
un saludo
Muchas gracias, Patricia!! ;) Un besote!
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