El capítulo de las alianzas tuvo lo suyo.
Fue la segunda cosa de la que nos ocupamos. Ya sabíamos que no podríamos solucionar nada entre semana porque no coincidirían nuestros horarios pero había que empezar por algo. Para cualquier otra cosa o era muy pronto o no había aún ideas concretas así que dedicamos un día entero a ver alianzas.
Vimos muchas, pero muchas muchas y podríamos decir que en realidad solo vimos unas pocas porque todas eran muy parecidas.
Ya había mirado por internet, en Etsy, cómo no, pero siempre me quedaba la duda de los tamaños porque los sistemas de medición en EE.UU y España son distintos y no quería que con el arreglo posterior aquí se nos pudiera descompensar el gasto. Había que pensar además en que si la equivocación en el tamaño fuera a menor el tema se complicaría bastante más. Idea descartada.
Habíamos dado el día por perdido y por fin en el barrio vimos algunas que a mí sí me gustaron...pero ahora no coincidíamos. A pesar de que algunas parejas optan por llevar cada uno la que quiere porque no consiguen ponerse de acuerdo nosotros queríamos que fueran iguales.
Estábamos hartos y saturados y empezábamos a desanimarnos por no conseguir solucionar algo aparentemente tan sencillo como esto cuando encontramos unas que por fin nos gustaron a los dos.
Me recordaban algo medieval, fantasiosa que es una, y el entusiasmo de ver que por fin estábamos de acuerdo hicieron que me parecieran aún más estupendas.
¡Qué odisea!, vamos ni Homero lo habría escrito así. Recuerdo el día, recuerdo el cansancio y recuerdo el subidón al final del día, en el último sitio en el que íbamos a mirar cuando aparecieron las alianzas... :)
ResponderEliminarTodavía me entran sudores fríos de recordar cualquier momento antes de encontrar las definitivas...! :S
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