El primer parón importante que me dio bastante qué pensar fueron las flores.
Siempre había pensado que utilizaría peonías pero cuando traté de imaginármelas en situación no me pegaban demasiado. Además me dí cuenta de que siendo preciosas ya estaba un poco saturada de verlas en tantas bodas.
Peonías |
Más peonías |
En realidad quería un ramo silvestre, muy natural, con un toque rústico pero no demasiado, que diera la sensación de "las acabo de coger en el campo simplemente porque me gustaban".
Estaba perdida hasta que vi unas gardenias. Nunca había reparado en esa flor hasta entonces y me pregunto cómo es posible, si aunque solo fuera por la canción de Antonio Machín, había oído hablar de ellas. Me parecieron perfectas para combinarlas con otras flores más silvestres. Comprobé que fuera flor de temporada para la fecha y lugar y parecía que sí. También vi que se usa frecuentemente en bodas de estilo clásico. Se la considera una flor elegante, tradicional. A mí me encantó lo delicada que parece y la forma tan ordenada y curiosa de sus pétalos.
Gardenias |
Con las gardenias en mente, me puse manos a la obra para hacer las invitaciones.
No desesperes, algún día encontraremos un floristero que no sea simplemente un florero...
ResponderEliminarY que no esté loco...
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